domingo, 27 de junio de 2010

Madrid, Sala Ritmo y Compás, 30 de Mayo

Hola a todos, aquí Miguel.

Día raro para un concierto este que paso a relataros, ya que era domingo y no es un día muy conveniente para tocar... Pero en esta ocasión se trataba de un concierto benéfico en favor de la asociación de Pedro Muñoz, Ciudad Animal, que trabaja en contra del maltrato y abandono de los animales. Tanto la sala como las bandas que tocamos allí esa noche lo hicimos de manera altruista, yendo a parar toda la recaudación para esta organización.

Yo fui directamente en mi Chatarroni desde casa, ya que Jose Mordisquitos de la Unsouled me prestaba todo su equipo esta noche y, con el permiso de los demás, me escaqueé de ir al local, donde una furgo puesta por la gente que organizaba el concierto recogía a los demás G y el equipo que faltaba. A eso de las cinco, ya estábamos todos descargando hez en los designios del Kaiser Agus (jajaja! qué personaje!) que nos recibió con el buen rollo de siempre.

"Dani, oye... ¿te quieres hacer de los Ultras Sur?"

Pues ya sabéis lo que toca: montar baterida, subir amplis, la prueba de soinido pertinente... vamos, lo de marras-marras.

Entretanto, alguna birrita y saludos entre las bandas, charlando de cómo nos van los bolos (palabra que no me gusta nada cuando se refiere a actuaciones) a unos y a otros. El cartel lo formábamos Modelo Pickman (mi primo del metal y webmaster pionero se lió con el nombre y los llamó Ciudadano Pignoise), nuestros brothers of metal & papas, Unsouled (rebautizados por nosotros mismos como "Huchouled") y Gauntlet (apocopados hace mucho tiempo como "La G")

Sinceramente, en un día como hoy, no esperábamos mucha asistencia, y así fue. Pero bueno, el público que tuvo a bien acercarse siempre tendrá un sitio en el cielo de los perros. Guau guau! Arf arf!

Los Modelo y la H, rayaron a gran altura (sí, se ve que no tengo muchas ganas de escribir...) pese al poco público. Nosotros los vimos desde arriba mientras degustábamos el catering con el que se nos obsequió por parte de Ciudad Animal. Creí que nos íbamos a inflar de Pal, Purina y galletas con forma de hueso, pero lo cierto es que había unos bocatas superbuenos y cervecita fresca.

Dieron las once y bajamos las escaleras que hemos bajado tantas veces, y que tantas veces nos quedan por bajar... las que conducen de los camerinos al escenario de Ritmo y Compás. A la gente se la veía algo cansada del finde y, ciertamente, con no muchas ganas de fiesta (joder, excepto mi amigo Camacho, que estuvo moviendo la uva durante las tres horas el cabrón jajaja!) con lo cual es mucho más de agradecer que estuvieran allí para ver nuestro show.

Aunque show, show... tampoco fue nuestra mejor actuación... pero, como siempre pusimos toda la carne en el asador. Al menos la que teníamos.

Un día de estos perdemos las lentibas

Si no adivináis con qué canción abrimos, es que es la primera vez que leéis este blog. Y después de esa, a saco con el "Guardasen..." casi en su totalidad. De por medio la versioncita de Sepultuba con carrerita hasta la mesa de mezclas incluída y bailes regionales con la peña... esta vez mi hacha no corrió peligro.

Ni yison, ni yason. Mi primera guitarra güena: una Ipáñez.

Jose de Unsouled se subió al escenario con nosotros para interpretar “Cross Of Shame” que es la que más le mola de nuestro repertorio. A mí, la que más me mola del suyo es la de tararrán, tarrán tan tan, tawwwn pi, pi, trucututrucutu piiiii, thu thu thu rrrrprtrtr pi pi tchsssssss!!!

Estos dos, una noche se acostaron juntites. Lo juro.

Y el fin de fiesta esperado cuando tocamos con los Huchas: "Fucking Hostile" a kaskoporro con todos en el escenario. Dos bateras (eso moooola), Mordisquitos y servidor campando a nuestras anchas por el garito, los Huchas borrachos, jaja desfase total. Jajajaja! qué mosqueo se pilló Javi Greenville cuando me puse a darle paquetazos por detrás cuando corríamos entre el público: "Migueeel, eho nooo, eh? ereh un maricón, eh?"



Pues lo dicho, dimos lo que teníamos esa noche de domingo, a pesar de las circunstancias. Antes de que desalojáramos la sala hubo tiempo para tomar la última birrilla y comer algo más. No era un día para liarse por ahí, así que los del grupo me dieron permiso otra vez para escaquearme de descargar en Alcorcón (felicidades por ese ascenso, los vikingos nobles como yo no os guardamos rencor) ya que tenía mi coche aparcado ahí al lado.

Serían poco más de las doce. Cuatro gatos fuimos a un bar de viejos que había cual oasis en la calle Cartagena. Riquísimo el magro con tomate y la tortilla. Esta sí que fue la última birrita... ya se iba haciendo tarde y mañana había que currar.

Más tarde todavía, la noche acabó de una manera algo triste y la botellita de agua que pillé calmó mi sed, pero no pudo quitarme cierto sabor amargo...

De vez en cuando, silbo la escala mayor de Sol y una sonrisa se dibuja en mi cara…

Pero eso ya no es asunto vuestro, amiguitos...

Hasta mañana ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario