miércoles, 24 de febrero de 2010

Madrid, Sala Excálibur, 6 de Febrero

¿¿¿Sabéis quién sa dejao bigoteeeee…???

Mi cip... eeeeeeeeee... Ayuso, el batería de los Unsouled! Parece el hijo (o nieto) secreto de Scott Columbus, jaja.

Soy Miguel, ¡feliz anio! Vale, a buenas horas... pero no hemos tenido actividad en directo en el mes de Enero, por eso os felicito ahora.

Pues así empezó esta tarde soleada de Febrero, a la puerta del Cost deeeel Excálibur saludando efusivamente al primero de nuestros hermanos metálicos que me encontré, Papusso, de quien os he comentado ya su nuevo look. Allí nos juntamos todos, cada uno con nuestros bugatis cargados de hez así que, después de saludar a las demás huchas, empezamos a descargar con característico y probado dinamismo...

Tuvimos que superar una dura prueba de sonido, no porque nada se complicara, sino porque teníamos la lengua como un gatete y nadie nos daba una birrina... así que durante la prueba de los chavales de Xkrude, Dani, Sobry (los de Cacaza Brutal jaja) y yo fuimos en busca de un chino que nos vendiera líquido elemento. Misión cumplida y vuelta a la sala, donde las latas volaron casi tan rápido como Kasko con los dos minis de kalimotxo que se apretó el cabrón...

A eso de las 9, llegaron nuestros amigos Juan Caläver y Möck el Enjuto, que se nos ha vuelto metrosesuarrrrl y nos dirigimos al bar de detrás de la sala. Mientras veíamos lo Barça degustamos un montaíto de lomo con queso (ya sabéis que antes de los conciertos no me puedo poner hasta el khala) y la última cerveza antes de subir al escenario. Faltaban todavía dos horas para nuestra descarga.

Unsouled abrió la noche con su vendaval thrashprogresivoso, sudando en el escenario, como debe ser. Después salieron los jienenses Xkrude, desplegando un metal moderno lleno de mala hostia y gordor, como diría Suker, uno de los productores de nuestro disco. No pudimos ver su concierto, ya que nos encontrábamos calentando detrás del escenario... bueno, qué coño, en los váteres que usamos como camerinos... al menos estaban limpios.

A las once y algo, hicimos acto de presencia en la pista de patinaje -¡joder, cómo resbala esto!- abriendo como suele ser habitual, con el "Sheep". Como dije, esta noche jugábamos en casa, ya que el Excálibur ha sido nuestro último reducto muchas noches de papa y lugar de innumerables anécdotas etílicas durante los últimos años.

Ciento y pico personas, pero bastante guapas.

Es por ello que sinceramente, nos esperábamos algo más de peña... habría un centenar de personas que, para los tiempos que corren (donde cualquier caballero andante puede decir impunemente "Ni!" a una pobre viejecita...)pues tampoco está mal.

No me encontré muy cómodo desde el primer momento porque, aparte de la inestabilidad de mis botacas sobre el piso, a los pocos segundos de empezar, mi corazón se puso taquicárdico (como me pasó hace unos meses en Sevilla) y siempre que me pasa esto, tengo que obligarlo a bajar las pulsaciones sentándome y relajándome, o sea, justo lo contrario a lo que estaba haciendo en ese momento. Miraba a Dani de reojo y no sabía si decírselo o no, para no ponernos nerviosos... Decidí seguir adelante a ver cómo me iba encontrando, y al final de la segunda canción seguía a 200 por minuto y no se me pasaba...

Dedos de goma, sonrisa impertérrita... Todo encaja ¡es un Curry!

Pero segun fue avanzando el set, mi patata se estabilizó y ya me tranquilicé. Son cosas de la adrenaliba, el miocardiobo o el sistema nervioso parasimpático epañol, vaya vd. a saber... por si acaso, seguiré sin tomarme el café de después de comer los días de concierto. Pero no temáis que no me voy a pikar un Phil Demmel (fiuuuuuuuu pom!)jajajaja!

Fuimos desgranando nuestro último disco, con una buena respuesta del respetable, que coreaba lo que serán futuros clásicos del metal (sí, qué passa). Pero el punto álgido de la noche fue la tormenta eléctrica que se desató cuando tocamos una de nuestras nuevas versiones. El "Refuse/Resist" de la Sepul fue un acierto por nuestra parte, ya que se la sabía toda la peña, que nos ayudó a berrear los estribillos. No pude resistir/refusar la tentación de unirme al pogo brutal que se estaba formando, así que, guitarra en ristre me sumergí en la pista de baile a hostiarme con todos los valientes mientras Dani abusaba de su wah-wah en el solo. ¡Dios, qué guapo! Cualquier día me joden el instrumento. Y la guitarra también.

Pa una vez que podemos poner el telón, nos lo tapa Kasko. Esa batería parecía la de Feber.

El número cómico de la noche aconteció cuando, al subirme otra vez, tropecé con uno de los cables y casi salgo por el otro lado del escenario. Creo que la peña se descojonó de mí, pero bueno, eso también forma parte del espectáculo.


Cerramos con la aparentemente tranquila "Inner Enemy", que al final se vuelve épica y cañera, recibiendo el aplauso de un público entregado que se portó muy bien. Y como guinda, como siempre que coincidimos, la Gauntsouled y su despiporrante versión del "Fucking Hostile" de los omnipresentes Vaqueros Del Infierno.

Para esta ocasión, utilicé mi pie de micro homenaje a King Diamond. Más cutre, pero igual de guay, jajaja!

¿A qué a vosotros también os parece un paletada?

Empapados en sudor y vatios, reverencia al respeteibol y a recoger el tinglao a toda leche, ya que los currantes de la sala(unos rumanos con unas manos más grandes que Chicho Terremoto jugando al Ping-Pong), nos estaban metiendo prisa.


Y la velada terminó como os suponéis, rodeados de minis de birra y colegas en los garitos de marras... A última hora, algunos volvimos al lugar del crimen, como todo criminal que se precie. Por allí todavía andaban los Xkrude, que iban como un cesto y Javi de Unsouled, con otra papa tan considerable como la nuestra. Ya era hora de irse a acostar.