lunes, 14 de septiembre de 2009

Festival Ilha do Ermal, 30 de Agosto

A las buenas. Seguimos con las peripecias de la G y sus directos.

Hoy toca el estreno allende las fronteras, y qué mejor lugar que Portugal. Es como Galicia pero sin retranca.

Nos despertamos el sábado por la mañana en Luarca, después del festival LMF, en un ambiente de granja-escuela, o de convivencias, o de mili (según educación y años de cada uno). Es lo que tienen las literas y las mantas militares. Aprovechando todo el mundo para ir al baño gracias al Sol y sus efectos nocivos sobre vampiros, fantasmas y seres similares, estábamos listos para partir rumbo a Portugal.

Viajando en la furgo por la autopista del Cantábrico, nos íbamos deleitando con el paisaje. Tocando en Luarca, uno se da cuenta de la suerte que tienen en el norte. Fuimos atravesando Galicia, dejando atrás el Cantábrico para ver el Atlántico. La verdad que este viaje ha sido de los más bonitos. El paisaje lo hacía más llevadero.

¡Somos de Madrid!

Cuando todo iba según el guión establecido, atravesamos la frontera y ahí comenzó el calvario con las carreteras portuguesas. Pasar de autopista a tramos dignos de superlicencia fue duro. Tras unos fallidos intentos por llegar al lugar donde nos alojaba la organización, aparecimos a las diez de la noche por el hotel. Otro hotel que era la “Posada de la juventud”. Con ese nombre no te esperas nada muy elegante. Pasamos del colegio de Luarca a los barracones de Portugal.

Decidimos pasarnos esa noche para conocer el recinto, la gente y ya de paso ver a Sepultura, qué cojones. La distancia entre el festival y la posada estaba a 20 kilómetros. Tampoco tardaríamos mucho…

El sitio donde se organiza el festival es espectacular. En una reserva natural, rodeados por el agua del lago, la pequeña península donde estaban los escenarios hacían de estos (parafraseando a un conocido) “un marco incomparable”.

Vale, pero para llegar a un sitio así, pues como que autopistas no hay. Así que a una velocidad media de 40 kilómetros por hora, es hacer cuentas.

Tras conseguir llegar al lugar, y tras las indicaciones erróneas de unos imberbes despigmentados, nos quedaba lidiar con lo peor: la policía portuguesa.

Después de varios controles, idas y venidas, conseguimos entrar. Pero ya era tarde y tuvimos que ver a un grupo folk de Suecia, dignos de morir por lapidación. Tras comprobar que el nivel de inglés en Portugal es el mismo que en España, nos fuimos de vuelta tras descubrir el barril de cerveza y que la gente tomara fuerzas.

Ya el día del concierto, salimos temprano, ya que el rol de grupo era otro. La actuación era a las 4:30, así que no podíamos entretenernos mucho. Al llegar al lugar nos dieron nuestro camerino/trastero, donde conocimos a gente de otras bandas españolas como Minim o Duelo Eterno.

Con el sol atizando, fuimos preparándonos para salir a escena. Con la profesionalidad que un festival de estas características exige, mientras el grupo anterior estaba descargando, nuestro equipo estaba listo para hacer el cambio lo más rápido posible.

Es en estos momentos cuando el concierto anterior se pasa bastante rápido y de repente te ves ya con los trastos en el escenario, listos para empezar.

Con el lago a nuestras espaldas y en el horizonte de nuestra mirada, poco más había entre las orillas. La gente que estuvo en frente del escenario eran pocos sin miedo de torrarse a la hora de la siesta. Comenzamos con “Seeds of Hate” y fue un no parar por el escaso tiempo de actuación que teníamos. Sonaron además “Makes Us Stronger”, “In The Name Of”, “5 Minutes Alone” y “Decade”.

La acogida por parte del público fue muy buena. La primera fila estaba dándolo todo mientras nosotros nos metíamos en nuestro papel. Con las arengas pertinentes, la gente reaccionaba con los cuernos de marras. Para que alguien se queje de los estereotipos.

Nuestra descarga con poco más que contar, ya que en tan poco tiempo no da para mucho. Pero las felicitaciones por parte del respetable al terminar, nos dejaron con buen sabor de boca. Así que después de tantos kilómetros y curvas, en un suspiro estábamos guardando todo en nuestro camerino/trastero.

Santi se despedía con esta actuación de la gira y de la banda, con el honor de haber realizado la primera actuación internacional del grupo (ya sé que suena pretencioso).

Después de todos estos años y al echar la vista atrás, uno se acuerda de las distintas etapas que hemos ido quemando con los cuatro en la banda. Los días de Gruta77 y el amplificador de bolsillo, la primera vez que Miguel estuvo como vocalista al frente de la G, el caso “WahWah” o la época iveliana. Y todo para llegar a “What Doesn´t Kill Us…” y la larga gira que está siendo para nosotros esta presentación del disco.

Todos estos años se resumen en líneas, pero para nosotros ha sido mucho esfuerzo y sudor. Con más penas que glorias y más silencios que aplausos, Santi deja el grupo con la dirección correcta después de todo este tiempo buscando el rumbo al que dirigirnos. Por eso es digno de alabar el salir cuando las cosas están bien, y no bajarse cuando llegan malas épocas.

Así se cierra el fin de semana y una etapa.

"Me voy yo. No me echan por las pintas"

Por cierto, llegamos bien.

Fotos super guapas del evento aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario